Ninfa Barros, un icono viviente del Carnaval de Barranquilla

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Con cartones, zapatos prestados, pantalones rotos y piedras, Ninfa Barros ha estado presente en la fiesta de los barranquilleros desde que nació su más grande idea: ser ‘La Loca’ del Carnaval.

Creado como un disfraz temporal, pero quedando perpetuamente grabado en el corazón de los ciudadanos, la figura icónica de ‘La Loca’, siempre es motivo de alegría para todo aquel que la vio desfilar.

Y es que, aunque, la idea fue tachada como ‘desenfrenada’, por parte de la misma madre de Ninfa, esto no detuvo sus ganas de participar de la fiesta de una forma que solo ella pudo hacerlo: tirando piedras.

“La Loca” fue un disfraz que surgió del amor, el cariño y el deseo de disfrutar del Carnaval, después de un momento en la vida de su creadora en el que no tenía el medio económico para costearse los típicos trajes de la fiesta.

Fue allí, donde después de resignarse a no usar falda de cumbiambera ni irse de India Catalina, está mujer encontró lo que dice, le ha dado más felicidad en su vida.

Desde el primer año siendo ‘La Loca’ del Carnaval, Ninfa fue capaz de contagiar con su humor, ganando premios, llamando la atención de los periódicos de la época y hasta siendo tendencia para quienes replicaban su vestido.

Incluso, sirviendo de inspiración para las nuevas generaciones, como lo fue durante el Reinado de Marcela García en el 2016, quien se basó en el disfraz de Ninfa para la Noche de Guacherna de ese año.

Y aunque la intención de ‘La Loca’ nunca fue lucrarse, las personas que buscaban promocionarla y darle dinero siempre estuvieron presentes, pero ella se negaba completamente a recibirlo, pues no era su objetivo.

Lo que nació como una idea descabellada de una mujer con hijo y con más de 30 años, que buscaba un disfraz económico para celebrar la fiesta de su ciudad, terminó años después con historias, risas, premios y entrevistas, quedando marcado en el corazón de la gente que la vio y motivó siempre.

Es así como durante 16 años y en cada edición de la fiesta de los barranquilleros, esta ‘loca’ continuó desfilando, y aunque ya no pasa por las calles de la ‘La Arenosa’ bailando y tirando piedras, su disfraz sigue estando en el corazón de quienes la admiran y guardan respeto hacía lo que es: una barranquillera, amante del Carnaval, de su tradición y de la gente que la vio crecer.

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