Barranquillera ganó dos veces la loterÃa con una sola apuesta
Algunos meses antes, solitaria en el aislamiento de su vivienda en el marginal barrio 7 de abril de la ciudad de Barranquilla, a Eugenia Suárez Roncancio* le brotaron lágrimas como consecuencia del dolor en el corazón. Todo por cuenta de descubrirse abandonada por su esposo, que decidió dejarla por irse detrás de otra ilusión amorosa. Hoy, sin embargo, esta mujer es noticia porque como barranquillera ganó dos veces la loterÃa en una sola apuesta.
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Fue a dormir pobre y despertó siendo millonaria. Abatida por un estrago de melancolÃa aún presente tras el abandono, la mujer despertó temprano en la mañana del martes 17 de enero para comprar el periódico y, como su rutina lo indica, disponerse vocacionalmente a las sagradas labores de la casa.
Entre escobas, trapeadores y el sonido de una emisora local, su compañÃa para no “volverse loca en el silencio”, Eugenia decidió salir a la calle para comprar un periódico, de esos que traen los resultados de la loterÃa en la portada, y descubrió anonada aquella profecÃa que en su dÃa cantarÃa Héctor Lavoe:
‘Pronto llegará, el dÃa de mi suerte,
Sé que antes de mi muerte
estoy seguro de que mi suerte cambiará’.
Y cambió. Silenciosa, la mujer retornó a su hogar con el fuete latido incipiente. El corazón acelerado no daba credibilidad a lo que en sus ojos veÃa y entonces tomó el papel en sus manos. Verificó cada número. No habÃa errores. Y luego el sonido de una llamada se expandió entre la casa como la imprudencia que pone un espacio a la inspiración de lo sagrado.
La llamada fue de las autoridades competentes para verificar su identidad, comprobando además que la cifra de su suerte le deja la monumental cifra de más de 1,500 millones de pesos.
Pero, ¿cómo es que esta barranquillera ganó dos veces la loterÃa con una misma apuesta?
La mujer apostó al doble chance de Supergiros. Es decir, con la loterÃa El Sinuano acertó al número 8628 y con Caribeña Noche el 1935 haciéndose acreedora al premio más grande que otorga esta modalidad de juegos en Colombia.
Cambiamos el nombre a Eugenia por preservar su seguridad*