Rueda de Cumbia en Barranquilla: el plan de arranque de cada año

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Rueda de Cumbia en Barranquilla: el plan de arranque del 2023

Una de las expresiones barriales más tradicionales de la ciudad y de los confines de la región Caribe es el ritmo que se baila al son de Su Majestad. Por eso, para iniciar el año con el pie derecho, cada primero de enero se vive una rueda de cumbia en Barranquilla que invita al encuentro con danzas y polleras de los muchos grupos que cohabitan en la urbe.

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Para quienes no la conocen, la rueda de cumbia es un encuentro con intérpretes de llamadores, tamboras, gaitas y flautas de millo. Todos ellos se suben a una leve tarima circular sobre la que comienzan a girar las personas, que bailan al son de Su Majestad.

La rueda de cumbia comenzó siendo un encuentro de barrio entre los pobladores, que sacaban sus velas y polleras para no dejar morir una tradición agonizante. Sin embargo, con el paso de los años el plan pasó de ser una “alternativa”, a ser la principal opción de cientos de barranquilleros que, concluido el año pasado, ahora solo piensan en una cosa: el Carnaval.

“Al sonar los tambores, esta negra se amaña, y al sonar de la caña, van brindando sus amores. Es la negra Soledad, la que goza mi cumbia, esa negra salamuña qué caramba, con su pollera colorá”.

Por otra parte, uno de los aspectos por los que este plan hace parte activa de los ciudadanos es que no importa el código de vestimenta: todos son bienvenidos. La sensación de que ‘quien lo vive es quien lo goza’ se expande entre quienes disfrutan, en una mezcla de tribus urbanas que no escatima en diferencias para unirlos a todos en un solo compás.

Rueda de cumbia en Barranquilla como elemento de revitalización del Carnaval

Mientras la flauta de millo interpreta su ancestral melodía, los barranquilleros olvidan las creencias que separan a sus múltiples tribus urbanas. Algunos vestidos de negro, otros con la primera pinta carnavalera del 2023; otros de cumbiamba y no falta los que utilizan ropa que denota un reciente cierre de jornada laboral.

Sin embargo, lo cierto es que todos bailan al son de la flauta de millo, en un encuentro que no difiere del desahogo que representa el Carnaval de Barranquilla. Todos se envuelven en la base de un espontáneo sentir del matiz de la danza que invita a la conservación de un patrimonio inmaterial que pide a gritos atención y auxilio para su preservación.

Y es que la tradición -hoy barriobajera- no es exclusiva de Barranquilla. En zonas del Magdalena, Córdoba y Sucre también se realizan este tipo de encuentros en forma de cumbia, pero además con ritmos como fandangos, flamencos y pasodobles.

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